Performance participativa e instalación (collage con máquina de coser)
La segunda entrega de Puntadas por pulgada involucra el archivo familiar en una performance en la que se busca que el resultado (o el rastro de ella) se aproxime plásticamente a lo que podría ser una prenda o dé la sensación de serlo sin que realmente lo sea. En el espacio se instalan artefactos, objetos, materiales, fotos y documentos que evocan el taller desde su espacialidad, como también el trabajo y las vivencias que allí suceden. De todo este conjunto de elementos se van seleccionando algunos a modo de memoria selectiva para ser cosidos, generando a través del hilo una línea de vida que juega con las temporalidades: regresar a lo que ya está cosido, cortar parte de esa línea y volverla a coser, como una especie de regreso en el tiempo, una insistencia por el pasado.
De manera inesperada, los espectadores participaron en la selección de algunos elementos, influyeron en la decisión sobre qué coser al descolgar, cortar o rasgar lo que estaba allí dispuesto, luego lo ponían sobre la mesa donde yo estaba cosiendo, incluso el reloj, que cumple un papel determinante en los talleres de confección para controlar los horarios de la jornada laboral, fue dispuesto sobre la mesa como si se pretendiera que también lo cosiera.
Es así como la performance, tomó un giro participativo que propició la reflexión sobre las capacidades técnicas que quedan sometidas a la alienación del trabajador por parte de una fábrica o una maquila. Sentirse presionado a ir a una mayor velocidad, coser un tipo de material que no es del todo compatible con las herramientas o la maquinaria, no poder decidir sobre lo que se dispone para la elaboración de un producto, hace parte de lo que caracteriza la producción serial que se concentra en el rendimiento, quitándole al artesano o al operario el poder que tiene sobre su saber hacer u oficio, lo cual termina invisibilizándolos.
Al final de esta performance, queda el constructo de una línea de vida a través de la costura, la cual contiene los recuerdos que más se añoran y que han pasado en frente del espectador como una cronología que se corta y se vuelve a coser, en un juego de temporalidades desde la nostalgia.